Puertos de Gipuzkoa en el siglo XVI: los puertos de refugio (1/2)

Lourdes Odriozola, Doctora en Historia
24 JUIL., 2019

Pasaia, Getaria, Donostia y Mutriku son los cuatro puertos refugio de Gipuzkoa. Junto con los puertos de barra y los fluviales, constituyeron, en el siglo XVI, parte del entramado que contribuyó a la potencia comercial y naval de los guipuzcoanos que permitió su participación en expediciones como la que culminó en la primera vuelta al mundo. 

Desde muy antiguo el mar y las cuencas fluviales han sido los ejes articuladores de las relaciones sociales y económicas de las gentes asentadas en Gipuzkoa, y de éstas con otras comunidades y pueblos. De ahí que durante gran parte de la Historia el mar y los ríos hayan constituido las principales fuentes de riqueza de sus habitantes en forma de comercio, pesca, transporte y construcción naval. La configuración de este espacio, primero de carácter artesanal y posteriormente industrial, fue gradual y estuvo determinado por factores tanto endógenos como exógenos.

La costa guipuzcoana, formada por materiales mesozoicos y paleozoicos, es abrupta y acantilada. Se caracteriza por tener una sucesión de bahías y rías en la que desembocan numerosos ríos de corto recorrido, alto torrencial y poco caudal. Esta configuración geográfica ha tenido una gran importancia a lo largo de la historia tanto en lo referente a la generación de recursos pesqueros como en la posibilidad de dotar a los puertos costeros y fluviales de unas infraestructuras acordes con las necesidades económicas que han ido surgiendo con el devenir de los siglos.  

Esta confluencia de factores hicieron que Gipuzkoa fuera un territorio de gran atractivo paisajístico por el que, desde la época de los romanos, cosmógrafos, geógrafos y viajeros mostraron un notable interés, dejando su testimonio en diversos derroteros e itinerarios, como por ejemplo, los de Estrabón, Ptolomeo, Pedro Texeira o Teófilo Guiard. Por ellos podemos conocer cómo era el litoral guipuzcoano en diferentes épocas.

En función de sus características geográficas cabría clasificar los puertos guipuzcoanos en dos grandes grupos: los de refugio, adecuados para cualquier época del año; y los de barra, situados en la desembocadura de algunas de las principales cuencas fluviales. En este artículo vamos a analizar los primeros  –Gipuzkoa alberga cuatro puertos de refugio, Pasaia, Donostia, Getaria y Mutriku, cada uno con sus propias peculiaridades –, y dedicaremos una próxima entrada a los puertos de barra. 

En tiempos de Sebastián Elcano, los puertos de refugio de Gipuzkoa disponían de una adecuada infraestructura con la que podían atender a las necesidades comerciales y pesqueras del momento. Sumados al entramado de puertos litorales y fluviales,  de alguna manera ayudaron a que los guipuzcoanos pudieran ser los protagonistas de algunas de las azañas más insignines, como por ejemplo, la primera vuelta al mundo.

Pasaia, una de las radas más seguras de Gipuzkoa

El puerto de Pasaia, calificado por Texeira –cartógrafo portugués que estuvo al servicio de Felipe VI– como “el más principal de Guipúzcoa" y por Gorosabel “como el más seguro y mejor de toda la costa cantábrica”, posee una gran cala en la pueden recalar buques de grandes dimensiones en unas condiciones óptimas de seguridad. Presenta el inconveniente de tener una entrada algo dificultosa en la que, en ocasiones, los navíos que quieren entrar tienen que esperar en la bocana a ser remolcados por otras embarcaciones menores. Sin embargo, es esto lo que precisamente le convierte en una de las radas más seguras de Gipuzkoa. Las primeras referencias históricas sobre la ejecución de obras datan de 1497, momento en el que los Reyes Católicos proveyeron que los muelles que estaban en la parte de Errenteria fueran reparados. En el siglo XVI fue construido un muelle delante de la iglesia de San Juan de la Ribera y una torre circular en su entrada para proteger a los buques de un eventual ataque de las tropas francesas. Con todas estas obras Pasaia dispuso de unas inmejorables infraestructuras portuarias que muchas naos balleneras utilizaron para su avituallamiento para zarpar con destino a Terranova o para descargar el saín o grasa de ballena obtenido.

Getaria, puerto refugio por excelencia desde el siglo XVI

Getaria es el otro gran fondeadero de Gipuzkoa y, cuando menos desde el siglo XVI, está considerado como el puerto de refugio por excelencia del litoral guipuzcoano. Posee una gran ensenada de considerable calado en la que pueden fondear buques de todo tipo de tonelaje y en la que quedan protegidos por la isla de San Antón de los vientos del Noreste. La entidad que comenzó a tener este puerto para las embarcaciones pesqueras planteó la necesidad en 1536 de construir un nuevo muelle al lado de la isla de San Antón. Tres décadas después se ejecutó un dique que unía el puerto con el casco urbano, y en 1598 se procedió a levantar un contra-muelle. Con todo ello, Getaria contaba a finales del siglo XVI con una de las mejores infraestructuras portuarias de Gipuzkoa. 

Donostia, la admiración de su tiempo

Los puertos de Donostia y Mutriku presentan unos rasgos muy similares. Los dos tienen una cala bastante pequeña y poco fondo, en la que sólo pueden arribar embarcaciones de pequeño o mediano porte. Además, ambos ofrecen la ventaja de proteger de los temporales marinos a los buques que fondeaban en ellos.

El primitivo puerto de Donostia ocupaba toda la bahía de la bahía de la Concha. Las labores de carga y descarga tenían lugar en el arenal de la Concha, o puerto mayor, y en el surgidero pegante a la muralla, o puerto menor.  El primer embarcadero de piedra fue construido en la segunda mitad del siglo XV y se levantó paralelo al monte Urgull. Fue en el siglo XVI, sin embargo, cuando se hicieron algunas de las obras de infraestructura más importantes. Consistieron en la prolongación del muelle existente para que la entrada quedase resguardada, y en la construcción del muelle exterior o “cayarriba” y de otros.  La gran calidad constructiva de estas infraestructuras, hizo que fueran la admiración de su tiempo.

Mutriku, el primer puerto con muelles de piedra

A Mutriku le corresponde el honor de ser el primer puerto de la Provincia de disponer de muelles de piedra. Fueron erigidos en el siglo XIII durante el reinado de Fernando III, y ampliados y renovados en tiempos de Juana “la Loca”. La infraestructura portuaria de esta época la conformaban el atracadero de la cofradía vieja o muelle exterior, el muelle de Moila-berri y el morro o muelle exterior. Estas instalaciones sufrieron continuamente grandes y cuantiosos daños a consecuencia de los temporales marinos y de la acción de las mareas. El concejo de Mutriku invirtió ingentes sumas de dinero en sus reparaciones, pero los resultados fueron baldíos hasta que en 1760 se procedió a la erección del muelle nuevo de “Anchirri”.

En la segunda parte de este artículo sobre los puertos guipuzcoanos, hablaremos sobre los puertos de barra, que son aquellos que están situados en la desembocadura de las principales cuencas fluviales de Gipuzkoa y nos acercaremos a la historia de los puertos de Hondarribia, Orio, Zumaia y Deba. Asimismo, veremos cómo las principales cuencas fluviales de Gipuzkoa eran navegables hasta lugares que hoy no podemos imaginar.