Maestres en la armada Magallanes/Elkano

Alberto Rodríguez, Ingeniero Industrial, Técnico Superior en Navegación y Patrón de Altura.
23 AVRIL, 2021

Las tripulaciones contaban con una considerable presencia vasca. Entre ellos figura un nombre trascendental: “Juan Sebastián de Elcano maestre de la Nao Concepción.” Analizaremos las funciones y responsabilidades a bordo, propias del Maestre. Y el proceso de exámenes para Maestre en la Casa de Contratación, del donostiarra Martin de Casanova.
 

Como decíamos al inicio, la participación vasca en las tripulaciones de las cinco naos que fueron a la búsqueda de la especiería, fue relativamente importante (del orden del 15%), y aunque entre ellos no encontramos ningún Piloto de este origen, en las naos Concepción y San Antonio figuran como Maestres Juan Sebastián de Elcano y Juan Elorriaga naturales de Getaria y “Guipúzcoa” respectivamente.

Pero, ¿Qué era un Maestre? ¿Cuál era su función a bordo? ¿Cuál era su posición en el escalafón? ¿Qué conocimientos náuticos tenían?

En ocasiones, incluso se ha pretendido devaluar su importancia. Recordemos la poco afortunada frase de Cánovas del Castillo referida a Elkano: “…modesto maestre, más práctico que científico y antes que capitán aventurero…”.

Recurriremos a la obra de Diego García de Palacio, que en su obra “Instrucción Nauthica” publicada en 1587, nos dice lo siguiente: “…el primer personaje de la nao, su Capitán y después el Maestre, Piloto, Contramaestre…”.

los Maestres también debían tener conocimientos de navegación similares a los Pilotos, para poder relevarse en caso de necesidad

Y más adelante añade:

“El segundo personaje es el Maestre… ha de saber fletar bien las mercadurías, y surtir la carga y mandar poner cada cosa en su lugar... y que sepa y entienda todo lo que nao ha de menester así surta como navegando…y que al descargar se halle delante…y que compre y sepa las cosas que en la nao fueren necesarias… otro sí, importará que sea buen marinero y sepa de altura por uso, y ciencia para que mejor acuda a todo sin que para hacer lo que pertenece a su oficio, tenga necesidad de tomar consejo...”

El subrayado es nuestro, para recalcar que los Maestres también debían tener conocimientos de navegación similares a los Pilotos, para poder relevarse en caso de necesidad, habida cuenta que los capitanes no siempre solían tener estas competencias, dado que a menudo eran elegidos por otros condicionantes.

Traemos aquí a colación, que entre las pertenencias de Elcano figuran dos libros de navegación que años más tarde, lega en su testamento a Andrés de San Martín:

- Un libro llamado almanaque, en latín. (Seguramente el “Almanach perpetuum”)

- Item más, otro libro de astrología. (Astronomía)

Para concluir, citaremos las palabras de Escalante de Mendoza en su Itinerario de navegación (1575), para resumir las cualidades que definían al Maestre: “debe ser un buen hombre, buen cristiano y diestro marinero”.

También puede resultar ilustrativo el dato sobre la remuneración económica de cada puesto. Los Maestres venían a percibir 3000 maravedís mensuales, contra 2.500 los Pilotos

Tradicionalmente la formación náutica de Maestres y Pilotos, se basaba en la experiencia y era de carácter autodidacta. Sin embargo, con el apogeo de la navegación oceánica, y de la Carrera de Indias, entrado el Siglo XVI, se dieron pasos para regular la profesión y su nivel de conocimientos.

El primer intento de normalizar la situación se dio con el nombramiento de Piloto Mayor de la Casa de Contratación y la institución de los Exámenes de Pilotaje. En base a la documentación existente en el Archivo General de Indias en Sevilla, en la relación de examinados entre 1580 a 1600 distinguimos más de una treintena de vascos, entre Maestres y Pilotos (con mayor presencia de éstos).

Tradicionalmente la formación náutica de Maestres y Pilotos, se basaba en la experiencia y era de carácter autodidacta (...) entrado el Siglo XVI, se dieron pasos para regular la profesión 

Detallaremos el proceso en base al caso concreto de Martin de Casanova “Natural de la villa de San Sebastián hijo de Juan Bono de Casanova y de Inés de Galarraga, que se examinó de maestre de la Nueva España, Sto. Domingo y La Habana.”

El 8 de septiembre de 1591, se presentaba ante Rodrigo Zamorano Piloto Mayor de la Casa de Contratación. “Y dado que en él concurren todas las demás cualidades que se requieren y SM tiene mandado… se le admita a examen de Maestre de la Nueva España y pueda oír las lecciones de cosmografía y carta de marear”.

Para ser admitido a examen había que acreditar la edad de veinticuatro años, ser “natural de estos reynos”, cristiano viejo, no beber vino, no decir mal de Dios, que había navegado durante seis años a las Indias, con juramento que le darían la nao para ir en ella de Maestre y haber asistido a las clases de cosmografía durante dos meses.

A finales de septiembre comenzaron a prestar testimonio los siete testigos propuestos, entre ellos, San Juan de Lisardi, también natural de San Sebastián para que “Por las preguntas siguientes sean examinados los testigos que se presentaren por parte de Martin de Casanova”:

1. Las generales y si le conocen…

2 .La segunda si sabe que es natural de los Reynos de Castilla, de buenas costumbres, no escandaloso, blasfemo, jugador ni indiciado de ladrón…

3. La tercera si saben que ha navegado por tiempo de seis años a la provincia de nueva España para donde se examina de maestre y le encomendarían la nao para servir como maestre Y si le ha visto por la mar tomando altura de sol y estrellas y echar el punto en la carta de marear.

4. La cuarta si tiene oídas las clases de cosmografía y arte de marear que se dan en esta casa por orden de SM el tiempo de dos meses continuados

5. La quinta si es nuevamente convertido de moro o de judío o hijo o nieto o de reconciliado por el Santo Oficio de la Inquisición y si tuvo San Benito por hijo o nieto de quemado o condenado por hereje.

Una vez admitidos los testimonios anteriores, se procedió a la formación del tribunal.

Para ello se envió recado por el portero de la Casa de Contratación a los Pilotos residentes en la Ciudad de Sevilla para que acudieran el día señalado, bajo multa de cuatro reales.

Los exámenes solían ser en día festivo para no interferir en las actividades de los Pilotos convocados.

El domingo diez de noviembre acudieron un total de 14 Pilotos y se constituyó el tribunal en la Sala de Audiencias.

El Piloto Mayor podía hacer cuantas preguntas quisiera, y los Pilotos tres cada uno, pero debían jurar “ser las más difíciles que supieran”.

Para la calificación se disponía una urna, donde cada miembro del tribunal depositaba un haba en caso de aprobado o un altramuz en caso contrario. Eso sí, el fallo debía ser emitido con imparcialidad “sin odio ni afición”.

El dicho Martin de Casanova tuvo 15 habas “que son votos de aprobación”. Es decir, obtuvo todos los votos positivos.

“… Y habiendo procedido a examen riguroso de todas las demás cosas e requisitos necesarios que se contienen en ordenanzas de la casa el dicho Martin de Casanova salió por todos aprobado y ninguno reprobado y visto por el dicho Piloto Mayor le dio en presencia de todos, el grado de maestre de la Nueva España, Santo Domingo y la Habana…”

Y tras ser informado de todas las cosas a que está obligado como maestre conforme a las ordenanzas de esta Casa se le tomó juramento de que no venderá dará ni en manera alguna enajenará la carta de marear a ningún extranjero de fuera de los reynos y señoríos de Castilla….

En la ciudad de Sevilla en la casa de la contratación en domingo a diez días de noviembre de 1591.

 

Información complementaria: Examen de piloto de Martín de Casanova